(Santa Pola)_Oratorio de Santa María
Según Madoz: «…En virtud de privilegio del infante D. Ramon Berenguer, dado en 18 de febrero de 1337, se construyó á espensas de Elche una torre para guarda y defensa del puerto y de los navegantes, acosados muchas veces por los corsarios argelinos, en la que habia tambien un cortijo y un oratorio dedicado á Santa Maria, que se hizo y consagró en 1446 […] D. Bernardino de Cárdenas, duque de Maqueda y virey que fue de Valencia, teniendo tratado con el concejo de Elche en 1555 hacer un castillo en dicho puerto, y reconociendo la fortaleza de dicha torre, no permitió que se derribase por entonces, sino que quedase dentro del baluarte, como torre de homenage para defensa del paso; pero conociendo luego el embarazo que causaba se derribó, construyéndose en su lugar el actual castillo. Es cuadrado y está en una llanura á orillas del mar […] comprende 24 pabellones, dos almacenes, dos hornos de cocer pan, un algibe en medio de la gran plaza, y una iglesia ó ermita dedicada á Nuestra Señora de Loreto, en la que reside de ordinario un clérigo…». (1)
Otra referencia a la primitiva ermita, iglesia o eremitorio la encontramos en los documentos de la toma de posesión de la villa de Elche y su término, por D. Gutierre de Cárdenas en 1481, durante el reinado de los Reyes Católicos, según nos refiere Ibarra y Ruiz (2): «…El 23 del propio mes [noviembre de 1481] reanudose el acto de toma de posesión del término, tierras campas, incultas, sembradas, plantados y huertas, hasta llegar a la Torre del Cabo del Aljibe, junto al mar. Una vez dentro del Cortijo del Puerto, subieron álo alto de la Torre, desde cuya plataforma estuvieron mirando el mar y los campos circunvecinos, tomando posesión de todo lo que alcanzaba la vista, incluso la isla llamada Santa Pola y Albufera. Bajaron luego y visitaron el caserío de los pescadores y la iglesia que allí había, tomando posesión de todo…».
Martínez i Medina (3) amplía la información sobre este ermita: «…Las pocas noticias que nos llegan del pasado ya dejan constancia de la existencia de un eremitorio en paralelo con el nacimiento de Santa Pola, como no podía ser de otra manera. Aunque, aldea o poblado, desde sus comienzos, designó habilitar un espacio para el culto religioso. De hecho, muchas ermitas o iglesias son el origen de grandes ciudades europeas, y aquellas han sido, con el tiempo, un reflejo del esfuerzo de la sociedad que las edificó. En esta particular historia, los primeros indicios que señalan la existencia de alguna ermita que rodeó y protegió la primitiva torre del Cap del Aljibe aparecen en las actas del Consell d’Elx y datan de 1450 (4), mucho antes de que se levantaran las fábricas del fuerte renacentista. Cuando este entró en funcionamiento, alrededor del 1557, muy probablemente el baluarte del rey, situado en la esquina sureste, ya estaba dedicado a ermita y cementerio, al menos a la guarnición militar del castillo. También es probable que la capilla abovedada hubiera sustituido a la primera ermita de la masía extramuros, pero no sabemos nada más de aquel primitivo templo ni de su hipotética demolición.
El conjunto de casas situado alrededor de la fortaleza, en que creció, lo debió hacer a un ritmo pausado en el transcurso de los dos siglos siguientes (1560-1760), tal como lo documenta el profesor Vicente Gozálvez. Sin embargo, la revuelta que tuvo lugar en Elx (1766) y la decisión ilustrada de hacer de la isla una plaza fortificada -quien sabe si en un poblado de colonización de Carlos III (1769)- convirtió el lugar nuevo del Castillo de Santa Pola en la base de un intenso movimiento de actividad comercial: las obras de urbanización y edificación de Nueva Tabarca exigían mucha mano de obra, con los correspondientes avituallamientos, materiales (incluyendo serrerías de madera) y medios de construcción. El lugar natural registraba a finales del siglo XVIII una actividad sin precedentes y la población de Santa Pola experimentó un incremento notable…».
(1) Pascual Madoz. Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Madrid, 1949. Tomo XIII, Pág. 99
(2) Pedro Ibarra y Ruiz. Historia de Elche. Alicante, 1895.
(3) Andreu Martínez i Medina. De la Iglesia Nova a la Iglesia “Rota” de Santa Pola: Un proyecto de templo académico y historicista.
(4) Vicente Gozálvez Pérez. Santa Pola: urbanismo, economía, población. Alicante, 1976
Última actualización, 30/01/2022






