(Agres)_Ermita de Santa María Magdalena
«…Llama poderosamente la atención el gran número de referencias que aparecen en documentos antiguos, sobre Agres y la ermita de Santa María Magdalena. Estas referencias proceden de los archivos parroquiales y, sobre todo, de los municipales. Y es que la ermita de la Madalena, como se denominaba popularmente, era de especial patrocinio municipal. Su popularidad era tal que en los siglos XVI, XVII y XVIII, Madalena era uno de los nombres más utilizados para bautizar a las niñas que nacían en Agres.
Ya en 1605, en su testamento, Jaume Calatayud, Señor de Agres y Sella, tenía en cuenta a esta ermita al decir «…Item vull y man que perpetuament se diguen la vespra de la Madalena completes en la capella de la Madalena construhida en la muntada del castell de dita mia Vila de Agres, que lo dia de la Madalena se munte ab processó y se diga misa cantada…«. Este texto alude ya al emplazamiento de la ermita en la muntada del Castell. Pocos años más tarde, en 1613 sus herederos confirman el anterior legado testamentario de «…fer dir y celebrar cascun any una misa y processó [a la ermita] en lo dia e festa de la Madalena…«. Una anécdota recogida en el Libro del Justicia describiendo la pelea de dos jóvenes en 1619, menciona que bajando por el camino del Castillo al volver a casa, uno de los dos esperó al otro en la Magdalena, es decir, la ermita de la Magdalena.
El lugar para la construcción de la ermita, justo a la entrada de la Cova dels Bous pudo haberse buscado en recuerdo de que, según dice la tradición, María Magdalena se retiró a una cueva donde vivía haciendo penitencia.
La visita pastoral realizada en 1670 critica el estado lamentable de dicha ermita: «…En la hermita de Santa María Madalena no ay puerta y esta habierta de noche y de día, de modo que pueden entrar los perros y demás animales y echar la basura dentro de ella, cosa que es muy indescente y no parese bien. Por tanto manda el dicho Señor Obispo Visitador General a los Jurados de dicha Villa de Agres, administradores de dicha hermita, manden poner puertas y cerrajas en dicha ermita, para que no puedan entrar de noche ni de día los perros ni otros animales…». Misión del obispo es vigilar la calidad de los servicios religiosos, pero los jurados de la Villa son los encargados de su mantenimiento, por lo que el obispo les recuerda que, si quieren continuar dedicando la ermita a funciones religiosas, será imprescindible mantenerla en condiciones adecuadas.
Por lo visto, el encargo fue cumplido, ya que durante los años siguientes se celebraban funciones religiosas en la ermita: «…per la missa cantada es selebra en la hermita de la Madalena…» [en 1674], «…pagaren al retor per la missa que canta lo día de la Madalena en la hermita…» [en 1675]. En 1678 fue necesario hacer alguna reparación, «…quatre sous del maestro de obrar la ermita de la Madalena…«, reparaciones que son necesarias de vez en cuando: «…dotse sous de un baldó y un pañ pera la porta de la hermita de la Madalena…» [en 1688] o «…tretse sous y sis diners que gastà en algeps, canyes y rajoles pera adobar la hermita de la Madalena…» [en 1690]. Las cuentas del clavario recogen los gastos que anualmente suponía para la Villa la fiesta de la Madalena, en la que no faltaba el panbeneyt. Seguramente el 22 de julio era una fiesta grande para el pueblo, casi tanto como la de San Miguel. La visita pastoral que se hizo a finales del siglo XVII alude a «…la hermita que es sub-titulo de Santa Maria Madalena, fundada y puesta en el termino de dicha Villa de Agres, … de la qual son Patronos los Justicia, Jurados y singulares personas de aquella Villa; la halló que está con toda decencia y unicamente se celebra missa en el dia de dicha Santa todos los años…».
A lo largo del siglo XVIII la ermita de la Magdalena continuó polarizando la atención tanto por su festividad, como por las obras de mantenimiento que de vez en cuando se hacían en ella, especialmente renovando las tejas y reparando la puerta o sus cerraduras. La visita pastoral de 1733 certifica el buen estado de la misma: «…el dicho Doctor Pasqual Sánchez visitó la hermita de dicha Santa María Magdalena, sita en el término de la presente Villa, al lado del camino que va al Convento, cuya hermita en virtud de mandato de la ultima visita, se halló estar decente para celebrar el Santo Sacrificio de la Misa, de la qual son dueños los alcaldes y regidores de la presente villa…”. Pocas veces más se alude a la ermita de Santa María Magdalena en los escritos analizados sobre Agres. El año 1749 sigue celebrándole la festividad de Santa María Magdalena el día 22 de julio y parece que continuó a lo largo de varios años, sin que haya constancia de cuando dejó de celebrarse. Posiblemente la ermita quedó descuidada y poco a poco se vino al suelo. Actualmente podemos reconocer aún sus posibles cimientos a la entrada de la cueva mencionada. Aunque hoy parece haberse perdido por completo entre las personas de Agres el recuerdo de esta ermita, todavía en 1939 escribía Bartolomé Reig Cerdá, a sus cerca de sesenta años: «…cuando me encontré con ellos camino del Convento, en el Pla de la Magdalena…». Es posible que en aquellos años, aunque desaparecida ya la ermita de la Magdalena, todavía las personas de entonces habían oído hablar de ella…». (1)
(1) Rafael Reig Bodí. Cronista oficial de la Villa de Agres. Publicado en El portal de la Sierra de Mariola.
El portal de la Sierra de Mariola.
manolo serrano, 03/05/2016
manolo serrano, 03/05/2016
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Última actualización, 05/02/2022




