(Santa Bárbara)_Ermita de Santa Bárbara
«…La partida rural de Santa Bárbara aparece ya citada en el siglo XVI con el nombre de la Alcaduffada de Noguera(del árabe al-qâdus, vaso, que pasa a alcaduz > arcaduz, que es el caño por donde circula o se conduce el agua). En este lugar ha existido desde siempre un manantial cuyas aguas, por arcaduces y acueductos, se conducían hasta las fuentes públicas de la cercana villa de Elda, población que tenía unos derechos adquiridos sobre el preciado líquido, desconociendo por nuestra parte el título de propiedad así como la fecha.
Los campesinos del lugar no podían utilizarla para regar sus cultivos, ni los ganaderos ni pastores para abrevar sus animales, lo que dio lugar a serios incidentes entre los moradores de Noguera y la justicia eldense, ya que los primeros taponaban el manantial, desviando las aguas a sus cosechas. El cronista eldense Lamberto Amat y Sempere cita un documento fechado el 19 de enero de 1565 que lleva por título El ahitamiento de la Alcadufada de Noguera, que designaba extensamente los puntos por donde circulaba el agua y el modo de evitar que los ganados bebieran en el acueducto (Amat y Sempere, Navarro Pastor, Segura Herrero).
Como la situación se agravó y los altercados entre los vecinos eran numerosos, el gobernador y baile de las villas de Elda, Petrer y Salinas, Don Gaspar Ramiro de Espejo, hizo el siguiente bando, que transcribimos convenientemente traducido: “…Noguera y Alcadufada: Día 10 de febrero de 1575. Luis Alhadic […] Por orden y mandamiento de Gaspar Remiro, gobernador y baile de las villas de Elda, Petrer y Salinas. En la presente villa de Petrer […] que se tenga por prohibida toda la heredad del señor don Juan Coloma en la Noguera y en la sierra que está detrás de ella, desde morro (pico) […] donde iba un mojón de piedras en línea recta desde Sax hasta el coll donde iba otro mojón de Sax. Y toda la solana, y toda la umbría de la peña, y todo lo alto de la sierra, en toda su extensión, así ganados, leñadores, como cazadores y ninguna persona ose entrar allí, bajo pena de 60 sueldos, que serán un tercio para el acusador, otro para el señor de dicha heredad, y otro tercio para la llustrísima Señora […] pena impuesta a quien se acerque a 60 pasos de la fuente o de toda la alcadufada de Noguera…” (Amat y Sempere, 1983, tomo II, cap. VI: Navarro Pastor, 1981, tomo I).
Estas medidas parece que no dieron resultados. Los pleitos y las sentencias inundaron los archivos de ambas villas, llegando a preocupar al conde de EIda, D. Juan Andrés Coloma, que vio conveniente que esa partida rural tan conflictiva se convirtiera en un marquesado independiente, no perteneciendo ni a Elda ni a Petrer, sino únicamente a él. Así pues, solicitó al rey Carlos II la creación y concesión del marquesado de Noguera. Dicho monarca la otorgó, con fecha 16 de noviembre de 1670, a favor de D. Antonio Coloma Liederquerque, ya que el referido conde de Elda, acuciado por graves deudas, enajenó por 6.000 libras valencianas la jurisdicción y territorio de Noguera a favor de su primo, D. Antonio Coloma Liederquerque, para que ejerciera de forma inmediata la jurisdicción sobre un señorío como paso previo para que el rey le concediera el título de marqués. Una vez concedido éste por privilegio real, y por disposición testamentaria, el título pagó a Juan Andrés Coloma por el pago de las 6.000 libras señaladas(Segura Herrero, Poveda, 1999).
Vista la formación del marquesado de Noguera, nos centraremos en su antigua ermita.
En esta partida rural los condes de Elda tenían una casa junto con una ermita al cuidado de un ermitaño y atendida por los campesinos del lugar. Desconocemos cómo pudo ser inicialmente aquella pequeña capilla. aunque si visitamos el caserón, que todavía está en pie, pero muy remodelado y transformado, podremos apreciar en una habitación de la planta baja unas antiguas arcadas en el techo, junto con unas enormes vigas de madera y una pequeña estancia al fondo que bien pudo ser la sacristía. Las sucesivas reformas y el paso del tiempo no han dejado nada más. Creemos que si la ermita, en un principio, estaba junto a la gran casa, pudo ser englobada por ella y pasar a ser una dependencia más del inmueble. […]
Referente a la documentación sobre esta ermita, aunque escasa, podemos hacer las siguientes referencias que nos pueden ser de ayuda para trazar su historia y evolución. El gramático oriolano Josep Montesinos Pérez y Martínez de Orumbella (1745-1828), que recorrió los pueblos y villas de la gobernación de Orihuela entre finales del siglo XVIII y principios del XIX para redactar su obra, parcialmente inédita, Compendio histórico oriolano, cita, al hablar de las ermitas de Petrer, la ermita de Santa Bárbara, pero comete un error similar al de la ermita del Chorrillo, incluyéndola tanto en Petrer como en Elda. Citamos textualmente lo que dice sobre Petrer: “…Hermita de Santa Barbara Virgen y mártir, al Norte de esta Villa de Petrel distante de ella como media hora de camino contigua 6 una casa, obra que manifiesta mucha antigüedad propia de los Condes y Señores de esta Villa, cuyo Sitio llamado Noguera, tiene título de Marquesado de este nombre…”.
El cronista Montesinos vuelve a comentar la ermita de Santa Bárbara al hablar de la villa de Elda, pero aquí se extiende un poco más: “…Hermita de Santa Barbara. Esta aseada hermita de la Gloriosa Virgen y Mártir Santa Barbara, está extramuros de Elda, cerca de media legua en el partido, llamado el Marquesado de Noguera, se fundó con las debidas licencias en el de 1649: es capaz, hermosa y aseada, con mediana Torre, y campana; por un terremoto se deterioró mucho, pero á expensas de sus vecinos los labradores se ha reedificado con primor; en su propio dia 4 de Diciembre, á las siete de la mañana va á ella el Revdo. Clero de la Parroquia á celebrar su Fiesta con Misa cantada y Sermón; comen con sus Mayordomos los Sres. Ecclesiasticos, y á la tarde, celebradas las Visperas, se buelven á la Villa…”. […]
En el año 1735 ya aparece citada la ermita de Santa Bárbara. Lamberto Amat y Sempere hace referencia a esta misma noticia al comentar el amojonamiento y delimitación del marquesado de Noguera, en un documento fechado el 23 de marzo de 1735: Amojonamiento del término del Marquesado de Noguera donde se dice textualmente “[…] el qual solamente consiste, en la hermita de Santa Bárbara, casa de la habitación del hermitaño que está anexa; y huertesilla que al presente se halla plantada de olivos, higueras, parras y otros árboles […] Y que en él solo se comprehenden como unas diez tahullas de tierra de huerta, secana, y realencos, que son dos días y medio de labrar con un par de mulas…”(Amat y Sempere 1983, II:277-278).
El 15 de febrero de 1777 el conde de Elda, D. Francesco Javier Arias-Dávila Centurión, obliga por medio de escritura a Pedro Cantos, ermitaño de Santa Bárbara, “…a reparar a su costa y a hacer la obra de la casa contigua a dicha ermita…” (Archivo Condal, rollo 14.17 Olim leg. 212/80). Desconocemos si las reformas de los edificios se llegaron a realizar.
A comienzos del siglo XIX la ermita debió sufrir un lento abandono y dejadez por parte del ermitaño, que llegó a utilizarla para bodega y almacén de enseres de labranza, lo que ocasionó que en una visita realizada en los primeros días de octubre de 1816 por el secretario del obispo de la diócesis, D. Diego Flores Abellán, se escandalizara al ver que su responsable la había usado como dormitorio, mandando cerrarla. Como el acta de la visita hace una descripción detallada de la misma, nos permitimos transcribirla: “…Como a media hora de distancia de esta Villa entre Oriente y Norte de ella, se halla el territorio llamado Marquesado de Noguera, en que existe la hermita denominada de Santa Barbara, perteneciente a esta Parroquia, en la casa que se dice propia del Excmo. Sr. Conde de Cervellón, y se recibe el título de Marqués de Noguera; y habiendo accedido el Sr. Visitador, y asistido de mi su secretario, y acompañado de algunos eclesiásticos, a la inspección y visita de otra hermita, la halló al cuidado de Francisco Planelles natural de la villa de Petrel habitador en dicha casa: y entrando a la Hermita al frente de su Puerta Principal se halló un pequeño retablo de madera sin pintar, lienzo, ni Ymagen alguna, puestos sobre una como mesa de Altar de Yeso mal pintada e indecente y sin otro aparato alguno. A la Derecha se halló también en una Capilla, que antes era Sacristía de la Hermita, otro altar con la Ymagen o lienzo de Sta. Barbara, Sacra, Evangelio de San Juan y Lavabo sinoja de lata, dos Candeleros y Atril de madera, sobre una muy indecente mesa de Yeso sin pintura, sin Ara, ni manteles. Al lado del Evangelio sobre el mismo altar, un lienzo de la Divina Pastora, que se dijo, habia allí dejado Jose Gras y González: y a la izquierda un cuadro en la pared con dos Ymagenes. Requerido el Hermitaño por el Sr. Visitador pusiese de manifiesto todos los Ornamentos, Vasos Sagrados, ropas y demás enseres pertenecientes a esta Hermita, dijo que en su poder solo existían unos manteles para la Mesa del Altar (que presentó, y son de lienzo con zanda) manifestando los habia dado José Cantos para las funciones que solían celebrarse en esta Hermita y no habia mas efectos pertenecientes a ella.
En vista de todo, y de que sobre la Hermita se halla una de las principales piezas de la casa que sirve de dormitorio a la familia que habita en ella; y que por informes fidedignos consta al Sr. Visitador, que aunque la Hermita en el acto de la visita se ha hallado barrida y tal cual limpia, no solo se han colocado en otro tiempo toneles para conservar el vino, y otros enseres de labranza, si que también ha servido de dormitorio; en consideración a todo mando: Que por ningún motivo se celebre en esta Hermita, ni haga uso como a tal; antes bien se tenga por cerrada y sin uso alguno hasta que se proveha de todo lo necesario y ponga en estado decente, condenando la habitación que existe sobre la Hermita por ser Contra Derecho, y no profanando esta con usos indebidos como hasta aquí. Y para evitar las indecencias a las Santas Ymagenes que en ella se hallan, se quitan inmediatamente, y se reportan a la Yglesia Parroquial donde se custodien en calidad de deposición y habitación de la Hermita a satisfacción de nuestro prelado el Ilmo. Sr. Obispo de Esta Diocesis, sin cuyo previo conocimiento, y nueva aprobación no se tendrá por habilitada…”(Manuscrito de la iglesia de Santa Ana, Elda, 1816).
La lectura del acta del obispado nos aporta importantes datos que confirman la localización de la ermita. En primer lugar, que la capilla no se encontraba aislada, sino dentro del caserón, “…en una de las principales piezas de la casa…”; que existía “…una capilla que antes era Sacristía de la Hermita…”, la cual puede apreciarse todavía en el edificio, como comentábamos anteriormente. En segundo lugar, se habla de José Cantos, que había regalado unos “…manteles de lienzo con zanda, para la mesa del altar…”. Dicho donante podría muy bien ser familia del ermitaño Pedro Cantos, a quien el conde había mandado reparar la ermita y la casa en 1777. Por último, se manifiesta que la ermita de Santa Bárbara pertenecía a la jurisdicción eclesiástica de la iglesia de Santa Ana de Elda.
Con las desamortizaciones de Mendizábal y de Madoz, entre 1836 y 1855, las tierras de Noguera fueron vendidas a terratenientes, y la ermita pudo quedar como un común de vecinos, siendo ellos mismos quienes la cuidarían y mantendrían. El nombre de marquesado de Noguera fue olvidándose, siendo suplantado por el de partida o caserío de Santa Bárbara. Para concluir, el referido cronista Lamberto Amat y Sempere hacia en 1873 una dura crítica a la villa eldense, aludiendo a esta ermita, por haber “…permitido que Petrel se apoderara de ella…”:
“…La de Santa Bárbara, que aún existe dependía de esta jurisdicción hasta principios del siglo actual (XIX), y posteriormente de hecho se ha apoderado de ella Petrel: los libros de visita de esta Iglesia prueban completisimamente que siempre perteneció a Elda; pero la incuria e indiferencia con que se ha mirado el asunto por parte de esta Villa, han producido semejante resultado…”.
Los nuevos compradores de la hacienda modificaron la casa, y la capilla pasó definitivamente a ser una habitación dormitorio y, posteriormente, un almacén de útiles de labranza, encontrándose así hasta la actualidad.
A comienzos del pasado siglo XX, el caserón y sus tierras eran propiedad de D. Gonzalo Castelló, comerciante de hierbas aromáticas y de especias procedente de Novelda, que exportaba estos productos a otros países. Nos contó en una ocasión D. Luis Bernabé, que ha vivido toda su vida en este caserío, que el citado empresario se arruinó durante la primera guerra mundial (1914-1918), cuando un submarino alemán torpedeó y hundió un barco que transportaba un gran cargamento de su propiedad, arruinándolo completamente hasta el punto que tuvo que marcharse a vivir con sus caseros de Santa Bárbara. Allí mismo, su esposa, dama profundamente religiosa, prometió edificar una nueva ermita si salía de tan penosa situación, como así fue, y la piadosa señora, cumpliendo su promesa, mandó construir frente a la casa un pequeño oratorio sobre 1919 o 1920. Esta es la ermita que nuestros abuelos y padres han conocido: pequeña, de una sola nave, fachada lisa, con tejado a dos aguas y una espadaña coronada por una cruz de Caravaca. En su interior había una imagen de la santa mártir a cuya advocación estuvo siempre dedicada (Navarro Poveda, 1994). La ermita tuvo una vida muy corta, ya que fue asaltada e incendiada durante los primeros días de la pasada guerra civil, para ser posteriormente ignorada y derruida. En la actualidad sólo queda la pared que aparece en la fotografía adjunta.
Como final, añadiremos que del marquesado de Noguera y de su ermita ya no queda nada…». (1)
(1) Juan Antonio Martí Cebrián. Petreraldia.com
Caserón de Santa Bárbara. El primer edificio de la izquierda sería la antigua ermita. Juan Antonio Martí Cebrián. Petreraldia.com

Detalle de la única pared que queda de la ermita de 1919. Juan Antonio Martí Cebrián. Petreraldia.com
Manolo Serrano, 30/05/2013
Manolo Serrano, 30/05/2013
Manolo Serrano, 30/05/2013
Última actualización: 15/04/2022





