(Sant Antoni)_Ermita de San Antonio Abad
«…Ermita en la partida de Benisuleima (hoy Sant Antoni), dista del centro urbano poco más de un kilómetro y se accede por el camino que toma el nombre de la propia ermita, Camí de Sant Antoni, al Sureste de la población.
Construida en el siglo XVI, en tiempos de Felipe II, como centro de culto para la población morisca de la alquería de Benisuleima. En la segunda década del pasado siglo, en que la mantenía su patronato, el Ayuntamiento que no contaba con los recursos necesarios para su restauración, por lo cual, a instancias del interesado, el Arzobispo de Valencia decretó el 5 de marzo de 1921 cambiar el derecho al patronato y concedérselo a Joaquín Sendra Siscar a cambio de la reparación de la ermita a sus expensas, y su mantenimiento y conservación con el paso del tiempo.
Se trata de un edificio exento construido de mampostería ordinaria sin enlucir y refuerzo de sillares en las esquinas y ladrillos macizos de barro rojo en torno a los huecos. Se distinguen tres partes: la ermita propiamente dicha, el porche de acceso y la casa del ermitaño. Estos dos últimos elementos construidos posteriormente desvirtúan la tipología gótica tardía original.
La fachada se antecede, como se ha dicho, por un porche que ocupa todo el ancho de la misma, presenta el frente y costado derecho abiertos, tiene tres escalones de acceso y un macetón a cada lado de la entrada y sendos cipreses. El hueco de entrada en arco de medio punto, con ladrillos formando dovelas y dos espacios triangulares a forma de enjutas; encima del arco de entrada, retablo cerámico con la figura del Santo y el título: Ermita de San Antonio Abad; tiene este atrio planta rectangular, con un banco perimetral en su interior, techo a dos aguas con vigas de madera, asnillas y bardos cerámicos. La puerta de la ermita es también en arco de medio punto y cerco de ladrillos rojos, una ventana a la derecha permite ver, mal que bien, el interior. En este muro de los pies, por encima del arranque del porche, se asienta la espadaña con estribos externos, hueco en arco rebajado y remate piramidal con cruz.
La planta es de nave única rectangular y cabecera recta. Dividida en dos tramos por un arco diafragma apuntado que arranca del suelo y centros a un tercio de la altura; este arco se refuerza con contrafuertes externos. Un escalón eleva la zona de presbiterio y en el muro de cabecera se adosa un retablo con imagen de San Antonio Abad de taller; completan una hornacina vacía a cada lado, la puerta a la sacristía y un banco de obra perimetral.
Techumbre a dos aguas con tres vigas sobre el arco diafragma a caja, asnillas y bardos cerámicos, sustituyendo a las tablas originales, y teja curva. Enlucida en blanco. El pavimento original era de tierra prensada sobre la cual hace unos años se colocó una capa de cemento pintado en rojo imitando los suelos de ladrillos de barro rojo.
Anteriormente tenía un retablo, que se conserva en manos de la familia encargada del patronazgo. Se trataba de un pintura al temple sobre yeso, representando a San Antonio Abad y San Roque (de pie, de autor anónimo y que podría datar del siglo XVII).
La casa del ermitaño, adosada al edificio original en posteriores reformas, actualmente ha perdido su función, así como el corral posterior convertido en sacristía, en 1921, al cambiar el patronato de la ermita…». (1)
«…Benisuleima era una de las tantas alquerías del distrito de Pego que tras la conquista del siglo XIII desaparecieron o quedaron despobladas. Según Carmel Giner, el topónimo proviene del príncipe Zeleimen ibn Zulema ibn al-Moktadir, hijo del rey moro de Dénia y de Zaragoza, Almed ibn Zuleimán Aben Hud al-Moktadir. Benisuleima está situada a casi dos kilómetros al este de la villa de Pego, entre las alquerías de Benigalip y Cotes.
El modelo de esta edificación se inscribe dentro del grupo de las llamadas ermitas de conquista, y parece que fue construida en tiempos de Felipe II para dar servicio a los moriscos convertidos. Es de una sola nave y planta rectangular, de dos tramos, separados por un arco perpiano ojival, con contrafuertes exteriores. El arco nace directamente de los cimientos, sin imposta. A los pies hay un pórtico de entrada en arco de medio punto y otro arco junto a la epístola. La cubierta es de teja a doble vertiente, sobre vigas y las paredes, de mampostería de piedra sin escuadrar y de ladrillos.
Para Jaume Buigues son tres los elementos a destacar de su arquitectura: la ermita gótica, el porche de acceso y la casa del ermitaño. Por su calidad descriptiva es necesario que transcribimos aquí las opiniones de Buigues:
“…La ermita gótica es de nave única con planta rectangular y cabecera recta. Está dividida en dos tramos por un arco diafragma (las dovelas quedan escondidas por la cal), que se apoya sobre contrafuertes en el exterior, los que, como el resto de la construcción son de piedra ligada con mortero de cal. Un banco adosado al muro perimetral recorre todo el interior de la ermita. El pavimento original de la ermita era de tierra pisada sobre la que hace algunos años se depositó una capa de cemento Porland pintado de rojo imitando los suelos de baldosa de barro. La cubierta, a dos aguas, es de teja árabe, que descansa sobre un esqueleto de vigas casi sin escuadras que van desde una jácena central a los muros de carga pasando por dos vigas complementarias que recorren toda la nave y ayudan a la misión propia del arco diafragma, la de soportar las vigas cumbreras, las estructuras del soporte de la cubierta, uno para la solera de azulejos planos formando todo un armazón de madera y ladrillo que era el sustituto más económico a las bóvedas de piedra tallada que arrancaban de esos arcos perpianos. El portal de acceso a la nave lo conforma un arco de medio punto hecho y encuadrado con azulejos sin lucir, pero desordenadamente encalados. Corona este muro un campanario con espadaña. El porche abierto por dos de sus lados es de planta rectangular, con un banco perimetral en su interior. Tiene por cubierta un techo con las mismas características que el de la nave de la ermita.
De este espacio lo que más destaca son los dos arcos de medio punto hechos con azulejos a modo de rosca y que sobre todo el frontal queda visiblemente enmarcado por un recuadro hecho también con azulejos. La Casa del Ermitaño, adosada al edificio originario y fruto de posteriores reformas, actualmente ha perdido su función así como el corral posterior (construido al cambiar el patronato de la ermita en el año 1921) que se ha convertido en sacristía…”.
En la visita general de 1594 aparece referenciada como ermita de San Antón y se dice que estaba bien adereçada.
En 1764 el consejo municipal nombró ermitaño a Josep Ferrando e hizo inventario de los ornamentos que tenía la ermita:
“…Un caxon de madera de pino. Un caliz de bronze dorado con su copa y patena de plata sobredorada. Dos purificaciones. Tres pañuelitos para el lavabo. Tres cubrecalizes uno de tafetán, otro de espolin y el ultimo de damasco color verde. Quatro bolias para los corporales, dos nuevas y dos viejas. Dos corporales. Dos canillas, una de damasco y otra de espolin. Dos manipulos, uno de espolin y otro de damasco. Dos estolas de lo mismo. Dos singulos. Dos amitos. Dos albas, una usada y otra nueva. Tres manteles, uno nuevo de cambray, y dos usados. Tres frontales, dos de tafetan, uno color verde con guarniciones de seda, y el otro blanco, guarnido de plata y el otro de hilo y seda con franja de lo mismo y flores nacaradas. Dos misales. Una campanita de metal y otra al campanario de lo mismo. Un atril. Una cruz de madera. Un par de vinagreras de vidrio. Diez y seis candeleros corlados, diez nuevos y seis usados. Otros dos candeleros de metal. Una lampara de asofar. Diez ramos de papel. Quatro lienzos medianos guarniciones corladas con las invocaciones de San Antonio. Otro lienzo mediano de Santa Barbara con guarnicion corlada. Dos lienzos uno de San Vicente Ferrer y el otro de San Francisco Xavier, con guarniciones corladas. Otro lienzo de la Concepción sin guarnicion. Un pulpito de madera. Una silla de respaldo. Dos libras y media de seda. Un San Antonio de masoneria. Una campanilla de plata, con cadenilla. Y ultimamente un ostiero de lata viejo…”.
En 1804, el ayuntamiento -como patrón que era de la ermita- vendió en pública subasta una hanegada de tierra contigua a la ermita al carpintero Francisco Bordes por 32 libras. No obstante, el ayuntamiento se reservó la ermita de San Antonio.
Tenemos noticias de que en 1890 llegaron a Pego algunos epidémicos a los que se les fumigó y mandó que pasaron una cuarentena de tres días en esta ermita.
Pero cuando en 1921 el arzobispado pidió al ayuntamiento que reparara la ermita, éste, no contaba ni con dinero ni con voluntad de poder hacerlo. Entonces, Joaquin Sendra Siscar propuso repararla él con su propio dinero y se ofreció a mantenerla y conservarla para todos los tiempos. A la postre, el arzobispado le concede a él el derecho de patronato de la ermita.
En 1993 se restauró el retablo original del altar mayor de esta ermita que representa a San Antonio y a San Roque. Según Rafael Ruiz se trata de un retablo del siglo XVII con una técnica pictórica mixta al temple y óleo sobre tabla de madera. En la actualidad, este retablo se encuentra en la iglesia parroquial.
En esta ermita cada 17 de enero se celebra la romería de San Antonio Abad, llamada por el pueblo San Antonio Abad o Porrat de Sant Antoni…». (2)
(1) Ramón Candelas Orgilés. Las ermitas de la provincia de Alicante. Alicante, 2004.
(2) Joan Miquel Almeda, Ángel Talens OFM y María José Berenguer. Espais d’espiritualitat: Les ermites de Pego. Ajuntament de Pego, 2017.
manolo serrano, 27/06/2011

manolo serrano, 27/06/2011

manolo serrano, 27/06/2011

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Ermitas y Santuarios de la Comunidad Valenciana
Última actualización: 12/02/2023




