(Pego)_Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora
Pego es un municipio situado en el Noreste de la provincia de Alicante, en el límite con la provincia de Valencia, en la comarca de la Marina Alta, concretamente en la subcomarca de Los Valles de Pego, de la que es capital.
«…PEGO: Villa con ayuntamiento, cabeza del partido judicial de su nombre en la provincia de Alicante…, situada en una pequeña altura á la margen derecha del río Bullent ó Calapatar, dista ¼ de hora del monte Bodoix y ½ del de Mostalla; reinan generalmente los vientos del Este y Oeste; su clima es templado, y las enfermedades mas comunes catarros. Estuvo murado por los árabes, conservándose todavía dos puertas con sus almenas y torreones, habiéndose derribado otro en el año 1842 para ensanchar la plaza. Tiene 1,150 casas de un solo piso comunmente y distribuidas para los usos de un pueblo agricultor, las cuales se reparten en varias calles cómodas y limpias, y cuatro plazas, dos de ellas bastante regulares. Hay casa abadía, pósito, un hospital para enfermos pobres fundado en tiempos remotos, cuya dirección y administración está a cargo de un mayordomo nombrado por el ayuntamiento, y cuyas rentas ascienden á 3,042 reales, 117 maravedis, suficientes para las estancias que anualmente tiene: escuela de niños, á la que concurren 40, dotada con 2,000 reales; otra de niñas con 30 de asistencia y 1,900 reales de dotación; iglesia parroquial (La Asunción), de término, servida por un cura y un vicario, ambos de provisión ordinaria, y 16 beneficiados que al parecer han quedado reducidos á nueve: es un edificio de poca solidez, de orden toscano por su base, y el capitel del dórico; sus paredes son de mampostería, y los cimientos de cantería. Hay también un convento que fue de franciscanos, fundado en 1670, cuya iglesia es de arquitectura dórica, y se halla abierta al culto, habiéndose destinado lo restante del edificio á sala capitular interina, cárceles y escuelas; una hermosa capilla titulada de Ecce-homo, de mucha veneración, construida á espensas del pueblo en 1759, la cual es cuadrada por el esterior, y ochavada por el interior, con tribunas, buena torre, órgano y adornos de bastante gusto, entre los que se encuentran dos cuadros del célebre Juan de Joanes; dos ermitas dedicadas á San José y San Miguel, que nada contienen de notable: un cementerio á 500 pasos de la población hacia el Norte, que no perjudica á la salubridad, y una fuente pública con cinco caños, abundante y de buenas aguas, de la que se surten los vecinos para sus usos…». (1)
«…Pego. Es el nombre de una villa de 11.000 habitantes, con parroquia de término de segunda, y arciprestazgo. Desde la más remota antigüedad debió estar habitado el término, pues en diversas partidas, especialmente en las de Atzahila y la Bastida, se han encontrado abundantes restos de cerámica ibérica, romana y griega, incluso monedas imperiales. […] En la Crónica del invicto Rey [Jaime I] se menciona Pego varias veces, pues fué teatro de las revueltas que produjo la sublevación de los moros capitaneados por Al-Azrach. […] El rey Pedro concedió, en 11 de septiembre de 1279, el castillo y todo el valle de Pego, con sus términos y pertenencias, a Berenguer Suave, Guillermo de Pelagiano, Jaime Puig y Bernardo de Pelagiano, ciudadanos de Barcelona, y la facultad de distribuir dicho valle y el término del castillo a hombres de Barcelona, con tal que hicieran su residencia personal en el término del castillo, es a saber, ubi fiet villa sive pobla, o sea en el lugar donde se había de hacer villa o población. Han pertenecido dichos lugares al infante D. Pedro, por donación hecha en 25 de febrero de 1260; a Raimundo Villanueva, por donación hecha en 28 del mismo mes de 1287; al conde de Ribagorza; el infante D. Pedro en 1325, y últimamente al duque de Gandía cuya casa tuvo después siempre el señorío. En las revueltas de la Unión y después en las Germanías, tomaron parte muy activa aquellos habitantes. Después de la expulsión de 1609, quedaron muchos lugares desiertos. Cuéntanse los despoblados Favara, Adzaneta, Castelló, Benisaleyna, Benigamin, Beniarrupaix, etc.
La cristiandad es antiquísima, y su iglesia, que ha tenido hasta 16 beneficiados, ha estado siempre dedicada a la Asunción de Nuestra Señora: es bastante capaz y vistosa, de estilo toscano, construída hace poco más de dos siglos, viéndose en el campanario una inscripción con la fecha 1700. Conserva un hermoso retablo medioeval, que sin duda perteneció a la primitiva iglesia, pues así parece indicarlo la pintura de la titular, que está en lugar principal…». (2)
«…Es a partir de 1244, cuando Jaime I conquistó el valle y el castillo de Ambra, al sur de la actual población, que el lugar de Pego adquiere fisonomía propia de alguna importancia, más allá de una alquería de las muchas diseminadas por el valle -hoy desaparecidas-, como Atzaïla, Benituba, Rupa y otras, más de 15, que aún siguen dando nombre a partidas rurales pegolinas.
Después de la derrota definitiva de Al-Azraq, se pensó en la importancia de un lugar seguro y estratégico que pudiera controlar las entradas de levante a los distintas valles del interior, pobladas de moriscos y que tantos problemas habían creado y aún crearían los nuevos invasores. Y así se construyó, prácticamente de nuevo, la villa sobre una antigua alquería musulmana -Uixola-, que se repuebla con cristianos barceloneses alrededor del 1279-1280, en tiempo ya de Pedro I de Valencia. El mismo rey Pedro fue el primer señor de la Baronía de Pego, la que su padre había creado en 1262. Posteriormente, una muralla con 16 torres -que todavía no estaban finalizadas a principios del siglo XIV-, rodeaba la población, a la que se podía acceder mediante tres grandes puertas de entrada. Murallas, torres y puertas, se destruyeron durante la guerra de Sucesión española a comienzos del siglo XVIII (los pegolinos se habían declarado partidarios del perdedor rey, Carlos III de Valencia), y en el ensanche de la villa en el siglo XIX.
Es muy probablemente, que el primer templo para los cristianos fuera construido el mismo siglo XIII sobre las ruinas de una antigua mezquita. De hecho, ya aparece en el listado de parroquias de 1279-1280, que nos ofrece el historiador Burns, y en las Constitutiones Synodales ecclesiae Valentinae. Sabemos que en 1310 el rector era Alacer de Capella y que en 1356 el obispo Hugo de Fenollet había concedido al rector de Pego, entre otras cosas, que pudiera utilizar 400 sueldos para hacer una custodia de plata; en 1388-1389 en la Visita Pastoral efectuada a la Iglesia de Albalat, consta un tal Bernat como rector de Pego per pluri annos. Contamos, también, con documentación sobre privilegios de amortización para poder encargar la celebración de aniversarios a los presbíteros y beneficiados de Pego al menos desde 1480 y ventas de censales a los rectores desde 1513. En el ordenamiento parroquial de 1535 se le anexionaron Benumea y Adsubia.
En 1599 se comenzó la construcción del nuevo templo, de estilo gótico-renacentista, edificado sobre las ruinas del anterior. Las obras se daban por finalizadas en 1614 (otras fuentes indican 1629), pero, en realidad, el final definitivo sería a finales del siglo. El campanario y la capilla de la comunión son de 1700-1725. Se conservan obras de arte interesantísimas, como una Verónica del siglo XIV, una Virgen de la Esperanza y una Cruz Procesional del XV, y otras imágenes y objetos de orfebrería.
[…] En cierto momento de su historia, la iglesia de Pego llegaría a tener hasta 16 beneficiados. Esta parroquia da nombre al arciprestazgo, y es históricamente centro del Valle de Pego y centro de las poblaciones y valles vecinos.
Pego no sufrió disminución demográfica a lo largo de su historia, ni siquiera en la segunda mitad del siglo XX (quitando un ligero descenso en algunas décadas posteriores a 1940). En 2006 contaba con casi 11.000 habitantes…». (3)
«…Templo de nave única con cuatro capillas entre contrafuertes y cabecera ochavada que sigue una tipología de salón asentada en las tradiciones constructivas del siglo XVI que encuentra paralelismos con otras iglesias de la comarca. Las proporciones de la nave tienden al equilibrio entre el ancho y el alto, lo cual permite acercar a la escala humana el eje visual que acentúa la fuga de líneas al altar. Las bóvedas nervadas y estrelladas son muestras de que la práctica tradicional convive con la gramática clásica recién importada. El acertado color dado a las bóvedas diferencia la plementería de la estructura, forzando la sensación de amplitud. La iglesia se completó con un Sagrario de planta centralizada, casi de cruz griega, cubierto con una cúpula esférica. Aquí destaca la recargada decoración de guirnaldas y ángeles, con abundantes dorados tan al uso de la desmesura hispana del siglo XVIII. A continuación se añadió la torre, cuyo emplazamiento debió ser objeto de discusión, si bien terminó por imponerse el criterio casi medieval de campanario exento, frente a las teorías más académicas de incorporarlo a la fachada principal y repetirlo a ambos lados para la correcta euritmia. Su estructura de tres cuerpos, con la basa maciza, fuste moldurado y remate de pilastras giradas, constituye una elegante muestra del tipo que se estaba imponiendo a mediados de siglo. De esta época es el portal de migdia, el cual restó protagonismo al primitivo y sobrio acceso de los pies, que quedó ensombrecido cuando se suprimió la manzana del lado sur para crear la plaza, definiendo la visión lateral actual. El templo atesora un retablo del siglo XV, una cruz procesional de los siglos XV-XVI y un Jesús Crucificado del siglo XVI…». (4)
«…Se cree que se asienta sobre una antigua mezquita perteneciente a la alquería de Uxola (alquería fundacional de la Villa). Fue construida en los siglos XVI y XVII, y está dedicada a la Asunción porque el rey Jaime I atribuía de sus conquistas a la intervención de la Virgen.
El primer maestro de obras fue Joan Cambras, quien únicamente construiría el ábside, continuando su tarea Pere Joan Mir, al que seguiría su hijo Batiste Mir. El gran terremoto de 1644 ocasionó grandes desperfectos en la obra, obligando a rehacer todo aquello que ya estaba construido. La construcción finalizó el siglo XVIII, al acabar la torre del campanario y la Capilla de la Comunión, obra de Félix Pérez i Francesc Galdea…». (5)
(1) Pascual Madoz. Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar. Madrid, 1849. Tomo XII, pág. 756.
(2) José Sanchis y Sivera. Nomenclátor Geográfico-Eclesiástico de los pueblos de la Diócesis de Valencia. Valencia 1922.
(3) Monumenta archivorum Valentina, XI. Facultad de teología “San Vicente Ferrer”. Inventari dels arxius parroquials de la Marina Alta. Valencia 2010.
(4) Guía de arquitectura de la provincia de Alicante
(5) Agenda 21 Local de Pego. Diputación de Alicante
manolo serrano, 27/06/2011

manolo serrano, 27/06/2011

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Autor y fecha desconocidos

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Eugenio Laporta, abril 2015
Última actualización: 14/07/2022




