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Elda

(Elda)_Oratorio de la casa del vicario D. Juan Sempere

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(Elda)_Oratorio de la casa del vicario D. Juan Sempere

 

«…La información más importante acerca de este Oratorio, se encuentra en el Libro de la Visita del secretario del Obispo de Orihuela, datado en 1816, sito en el archivo de la Iglesia Parroquial de Santa Ana. En ese mismo año, D. Diego Flores Abellán, deán y canónigo de la Iglesia de San Nicolás de Alicante, secretario del Obispo D. Simón López, realiza una visita para verificar el estado de los edificios religiosos de la Villa de Elda. Después de una amplia visita a la Iglesia de Santa Ana y a las ermitas, hace mención de la visita al oratorio de la casa del vicario D. Juan Sempere, tal como aparece en el folio 51 de ese libro: “…concluida la visita de la Hermita del Hospital de esta villa, procedió el Sr. Visitador a la del oratorio particular del Dr. D. Juan Sempere Vicario de esta Parroquia, situado en la casa de habitación, que tiene en la calle de la Posada y se halla al segundo piso de ella…” [sic].

 

La vivienda de este clérigo se encontraba en la calle de la Posada, también conocida desde inicio del siglo XVIII como calle del Mesón, y en algunos documentos también como calle del Hostal, por existir allí la única posada de la Villa autorizada por orden del 26 de septiembre de 1759. Aquí paraban las diligencias y se apeaban los viajeros a comer mientras se cambiaban los caballos, muy cerca del portal del Mesón también conocido como portal del Chapitel, nombre que todavía conserva una calle de ese lugar eldense. Desde este portal se salía para Alicante. Posteriormente, en 1860, la calle del Mesón pasará a denominarse calle de la Esperanza, y en 1904 será calle de Antonio Maura, por haber influido este notable político para que Elda tuviera el titulo de ciudad. En la actualidad aún se llama así: “…con su Altar decente y colocada en el la Santisima Ymagen de Jesús Nazareno, la misma que sirve en la Parroquia para las procesiones de Semana Santa; tiene por laterales una Ymagen de Nuestra Señora de los Dolores, y otra de Nuestra Señora de la Salud, seis candeleros cortados, crucifijo, atríl, Sacra, Evangelio y lavabo, ara, con tres manteles sobre la mesa del Altar, esta con frontal de Damasco floreado y a mas se hallaron los efectos siguientes…”.

 

Lo más curioso de todo, es la observación del Cristo Nazareno, descrito por Joseph Montesinos, siendo la misma imagen que todavía hoy participa en nuestra Semana Santa y que se encuentra en la Iglesia de La Inmaculada de la ciudad. Se salvó de su destrucción en 1936, gracias a que fue emparedado. Hace poco se le descubrieron unos resortes que le permiten mover el brazo y bendecir a la Verónica en su encuentro del Martes Santo. A continuación prosigue el inventario: “…un misal, Caliz con su Petera y cucharita de Plata. Un Alba. Dos Amitas. Un Singulo. Una casulla de Damasco encarnado con estola manipulo, cubrecaliz y bolsa de corporales. Otra casulla tambien de Damasco con flores de diferentes colores, con estola. Manipulo bolsa cubre Caliz. Seis purificadores de lienzo decente. Dos corporales. Seis pañitos de Vinageras. Una campanita de metal. Dos vinageras con su plato…”.

 

Referente a los utensilios de Misa no se dice nada en contra. Se entiende que todo se encuentra limpio y ordenado. El verdadero problema va a ser que el señor vicario D. Juan Sempere carece de la competente Bula Papal para su oratorio; alega que tenía permiso verbal del Obispo de la Diócesis, así como una carta orden del Prosecretario D. Manuel García Bustamante, pero que se le había traspapelado debido a las incursiones de las tropas francesas de Napoleón, que habían penetrado en la villa en diversas ocasiones a lo largo de la Guerra de la Independencia, y que finalizó hacía pocos meses: “…sin embargo de haverse hallado todo según corresponde y con la decencia que es debida enterado el Señor Visitador carecer el Doctor D. Juan Sempere de la competente Bula de Su Santisima para el uso de este Oratorio, aunque manifesto haberlo hecho hasta aquí con permiso del ahora Excemo. Señor Cardenal Patriarca hallandose Obispo de esta Diocesis, asi verbalmente al mismo en el Convento de Observantes de esta Villa, como por carta orden suya que le dirigio su Pro-Secretario D. Manuel Garcia Bustamente en ocasión de hallarse su Eminencia en su Palacio de la Villa de Caudete, que no presenta por haberse traspapelado en las pasadas turbulencias e invasiones de Exercitos Enemigos que ha sufrido esta Villa” [sic]; “considerando el Señor Visitador que esta licencia solo debio tener efecto interin permaneciese interceptada la comunicación con la Santa Sede y que este interesado debió solicitarla luego que…”.

 

A continuación el Secretario Obispal ordenó que no se celebrasen misas hasta que el Doctor Sempere no tuviera la Bula de Roma, aunque posiblemente, viendo la buena voluntad de este sacerdote, permitió en cambio que el oratorio continuara como lugar de recogimiento para la oración. “(Mandato)” “…estuvo expedita, mando: que el Señor D. Juan Sempere no celebre en este Oratorio el Santisimo Sacrificio de la Misa hasta obtener la correspondiente Bula de Su Santidad que podra solicitar por los medios ordinarios, presentandola luego que la obtenga al Ilmo. Señor Obispo de esta Diocesis para su conocimiento y providencias que estimen oportunas…”. …“posteriormente y durante aun la Visita obtuvo D. Juan Sempere el Breve Ordinario de Oratorio con extensión de varias gracias Pontificias que constan en seis Rescriptos que presento con el testimonio del Auto de S.S. sobre execucion de ellos con las restricciones que tuvo a bien poner y constar del mismo librado por el secretario de Camara Doctor D. Miguel Lazaro en Orihuela a 31 de Octubre de 1817 y todo le fue debuelto…”.

 

El cronista Alberto Navarro Pastor nos da unos breves retazos sobre la figura de este sacerdote eldense. Lo cita como Juan Tomás Sempere y Juan, no aportando fecha de nacimiento. Comenta que era hijo de Juan Tomás Sempere Navarro, que fue seminarista en Orihuela y cuando se ordenó sacerdote fue primer vicario de la iglesia de Novelda y años más tarde vicario y ecónomo de la Iglesia de Santa Ana de Elda. Fue un gran cronista como su padre, y autor de un manuscrito que se encontraba entre los libros del archivo de la Iglesia de Santa Ana y que describía las fiestas del II Centenario de 1804 de la llegada de los Santos Patronos a Elda.

 

Dicha obra que tenía por título Las Fiestas del Centenario de 1804 descritas y relatadas por el vicario Dr. D. Juan Tomás Sempere, fue reproducida en la revista El Centenario. En esta pequeña obra describe de una manera sencilla y amena las fiestas que se celebraron en este Centenario, solamente amargadas por una epidemia de peste bubónica que había aparecido en esta zona del Reino de Valencia. Joseph Montesinos en su Compendio Oriolano confirma los mismos sucesos. D. Juan Sempere, este brillante sacerdote falleció en mitad del siglo XIX. De su oratorio no se sabe que fue de él…». (1)

 

(1) Juan Antonio Martí Cebrián. Los oratorios eldenses: el oratorio de la casa del doctor D. Juan Sempere, vicario. Fiestas Mayores. Elda, 2014.

 

Última actualización: 09/06/2020

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