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(Santa Pola)_Iglesia Nueva o Iglesia “Rota”

 

«…El edificio del actual Mercado de Abastos fue anteriormente una iglesia comenzada a construir en 1861 y cuya transformación tuvo lugar entre 1935 y 1938. En la estructura todavía se puede rastrear la inicial planta de cruz latina con tres capillas laterales, de la cual derivan los dos amplios espacios rectangulares del interior. Esta sala central presenta cuatro accesos que coinciden con los extremos primitivos. El conjunto se completaba con dos porches, ahora cerrados, añadidos en paralelo a la nave principal. En el centro del antiguo crucero se levantó una estructura metálica para apoyar las cerchas con las que se cubre el espacio a una considerable altura, lo cual permitía una iluminación cenital entre la diferencia de cotas, Hoy todo este magnífico interior no puede apreciarse por la ejecución de un falso techo. En el exterior, la volumetría es rotunda, con la fachada principal dominada por el adelantamiento del cuerpo central original y el perfil escalonado de las cubiertas. Las fábricas interiores están ejecutadas con ladrillo (oculto) y las exteriores son de sillería en las torres laterales que flanquean la entrada…». (1)

 

«…Hacia finales del siglo XVIII la población de Santa Pola experimentó un incremento notable. En esas fechas existían dos lugares de culto: la ermita dentro del recinto fortificado, Ermita de la Virgen de Loreto y una iglesia situada extramuros bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción situada en la actual calle de la Iglesia, según el Plano de la rada del Lugar Nuevo de Santa Pola, realizado en 1784 por Miguel Terquero. Probablemente esta antigua construcción resultaba pequeña para la incipiente prosperidad local. De hecho, hay constancia de que, por estas décadas, se quería construir un nuevo templo en lo que sería la plaza Mayor (plaza del Mercado). Años más tarde, el alcalde Carlos Llópez Galiana en el pleno del 25 de agosto del 1850, manifestaba que «…la única iglesia que hoy existe en el pueblo está reducida a un miserable y negro almacén que por todas partes amenaza ruina en tales términos que en días de lluvia apenas puede celebrarse el Santo Oficio de la Misa…». A partir de esta fecha, y a lo largo de diez años, se hicieron varias gestiones ante el obispado de Orihuela y el gobierno español, a fin de obtener la autorización para la construcción de un templo de nueva planta y ayuda económica para hacer frente a tan vasta empresa.

 

La ceremonia de colocación de la primera piedra tuvo lugar el 10 de octubre del año 1861, además del obispo y otros autoridades, asistieron el arquitecto, Francisco Morell, y el maestro de obras, Miguel Sempere, tomando medidas y marcando distancias sobre la plaza Mayor de entonces. Este replanteo, de acuerdo con los testimonios históricos, tenía el objetivo de excavar un nicho donde poder sepultar un testimonio del evento: una piedra de cantería labrada ligeramente. Este sólido pétreo tenía una ranura en la que se colocó un vaso de cristal con tres monedas (de oro, de plata y de cobre, acuñadas bajo el reinado de Isabel II). También se depositó el acta que testimoniaba el ritual, «…metiéndose todo en un hoyo de tres metros de profundidad situado enfrente de la puerta de la casa del difunto Juan Mas, a ocho metros de distancia…».

 

Son pocos los datos conocidos y fehacientes sobre el proceso de construcción de la iglesia nueva. Tras el solemne acto de colocación de la primera piedra en 1861, debemos suponer que las obras comenzaron aceleradamente con el replanteo, la excavación y la ejecución de los fundamentos, porque dos años después, en 1863 el perímetro venía recogido en el plano geométrico de Santa Pola.

 

El proceso de construcción, probablemente, no se detuvo a lo largo de casi dos décadas, ya que en 1880 el Ayuntamiento decidió trasladar el mercado que se hacía en la plaza Mayor al recinto del castillo, dado que las obras de la nueva iglesia ocasionaban molestias al vecindario. Por estas fechas se debían haber construido la totalidad de las fábricas que definían el perímetro del templo: la nave con las capillas, los brazos del crucero, la cabecera recta con las dependencias anexas y la torre a los pies con las cavidades para las escaleras helicoidales; esta debía haber superado la altura de cornisa exterior.

 

El sistema de construcción utilizado fue el de muros de carga ejecutados con mampostería ordinaria, recubiertos con revocos y estucos para no dejar a la vista la piedra. Las fábricas de mampostería eran reforzadas con pilastras de ladrillo macizo en todas las esquinas rectas, los contrafuertes y los arcos de las capillas. Este ladrillo definía el sistema de pilastras y moldura clasicistas en el espacio interior del templo, que luego se reviste. También se utilizó la piedra labrada y bien cortada; estos sillares se colocaron en el arranque del cuerpo de las escaleras, en los elementos de moldura clásica (bases de pilastras y cornisas de la fachada principal), y en el reforzamiento de las cavidades exteriores significativas y de cierta dimensión (recercado del óculo y las tres puertas de acceso).

 

A partir de 1880 las noticias escasean, pero suponemos que el proceso de ejecución no se detuvo, ya que avanzaría por etapas según las aportaciones económicas. De hecho, desconocemos la fecha exacta en que tuvo lugar el siniestro del hundimiento del conjunto de techos de la iglesia nueva. La primera aproximación temporal la da el semanario El Defensor de Santapola, cuando, en 1894, se refiere al suceso como ocurrido Hace pocos años. La segunda la aporta el personaje de la iglesia que aparece en el sainete Santa Pola. Air, Huí y Demá, escrito en 1889, porque asume el papel de una mujer que reclama su reconstrucción después de haberle caído dos veces la cúpula. Los cronistas cuentan que, cuando el templo estaba en buena parte construido, una noche se vino abajo la bóveda, quedando en ruinas toda la obra. Empezada de nuevo otro suceso vino a destruir lo que ya se había hecho. Finalmente, tampoco quedan claros los motivos de los derrumbes. Por un lado, la prensa local de la época señala como causa la mala ejecución y la falta de maderas; de otra parte, hay algún historiador que señala un terremoto como la causa del derrumbe de la construcción del templo. Con todas estas informaciones podemos afirmar que en el periodo comprendido entre 1881 y 1888 las obras avanzaron hasta que cayeron la cúpula y las bóvedas. Y una vez recuperados del siniestro, las obras repitieron el desastre unos años más tarde, probablemente por un pequeño temblor de tierra a finales del siglo XIX. La iglesia nueva se convirtió en lo que se conoció en el pueblo como la iglesia rota.

 

Finalmente no deberíamos omitir la noticia, de comienzos del siglo XX, en la que nadie perdía la esperanza en el templo a pesar de los eventos: “…Hallábase en ruinas dicho templo y se procedió al estudio de su reparación, pero seguramente, por dificultades de índole económica, las reparaciones proyectadas no seguían el ritmo deseado, y así lo demuestra el hecho de que el 16 de mayo de 1908, el arquitecto don Marceliano Coquillat i Llofriu, se trasladó a Santa Pola para ultimar detalles sobre la reanudación de las obras de la Iglesia de este pueblo, ya largos años paralizada….Y aunque no encontramos suficientemente acreditado que esta citación haga alusión a la iglesia rota (más bien parece referirse al templo parroquial), pero es cierto que las ruinas, con la torre cuadrada aún derecha, nunca más se convirtieron en un templo religioso, sino que las convirtieron en el Mercado Central entre 1935 y 1938…». (2)

 

(1GuíadearquitecturadelaprovinciadeAlicante.

(2) Andreu Martínez i Medina. De la Iglesia Nova a la Iglesia “Rota” de Santa Pola: Un proyecto de templo académico y historicista.

 

Santapola.com, s/f

 

Historia de Alicante en papel, s/f

 

manolo serrano, 23/05/2012

 

manolo serrano, 23/05/2012

 

manolo serrano, 30/11/2015

 

manolo serrano, 30/11/2015

 

Última actualización, 14/06/2022

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